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    ÉL NO ES TÚ (Angela Lucia)

    Él me hace sentir amada,
    me protege, se preocupa por mí.
    Sabe hacerme mujer entre sus brazos
    y pregunta como estoy.
    Él me ama y sabe que lo quiero.
    Por él descubrí un mundo diferente
    y soy feliz a su lado.

    Pero él no es tú,
    no tiene tu magia ni tu perfume.
    No puedo amarlo como merece.
    Él no es tú.
    Él no es tú, que llenas mi vida tan sólo al verte,
    que revolucionas mis hormonas.
    Él no es tú, que estás tatuado en mi alma,
    eres mi sed, eres mi agua
    y por quien pierdo la razón.
    Él no es tú.

    Él es dichoso con mi presencia
    pero no puedo engañarlo más,
    debe saber que no dejé de amarte
    y aunque duela es lo mejor.
    Él me ama y me dejará libre.
    Con él ya no hay mundo diferente,
    no soy feliz a su lado.

    Porque él no es tú,
    no tiene tu magia...



    EL ÚLTIMO CARNAVAL (Angela Lucia)

    Fuegos de artificio irrumpieron la noche,
    marcando el comienzo del último carnaval.
    La gente bailaba, reía, cantaba,
    saltaban alegres para festejar.
    Me fui entreverando entre tanto gentío
    y así poco a poco te pude encontrar.

    Amor, amor, amor
    de una noche de carnaval.
    Amor que nunca pude olvidar,
    cuando ese beso casi robado
    todo mi cuerpo hizo vibrar.
    Amor, amor, amor
    de esa noche de carnaval
    aquí te espero hasta el final.
    Aunque demores la vida entera
    sabes que siempre te voy a amar.

    Con una sonrisa tomaste mis manos
    y dijiste suave: “vení, vamos a bailar”.
    Me perdí en tus ojos, en tus brazos fuertes.
    Y en el baile alegre me dejé atrapar.
    Bajo las estrellas y la luna clara
    sellamos el cierre de ese carnaval.



    NIÑO ALADO (Angela Lucia)

    Navegamos juntos por el mar de los sueños,
    nuestro barco ancló en el Paraíso
    y los dos fuimos uno.
    Construimos un mundo sin siquiera pensarlo,
    todo fue producto de Cupido.
    Él guió nuestros pasos.

    Y hoy estoy aquí,
    agradeciéndole el instante en que te disparó.
    Porque sólo Cupido conocía mis deseos
    de entregarme a ti.
    Y hoy estoy aquí,
    celebrando una vez más tenerte junto a mí.
    Que me abraces, me beses y florezcas dentro mío.
    Ya eres parte de mí.
    Eres parte de mí.

    Desechamos dudas y miedos del pasado,
    enemigos natos de Cupido,
    fantasmas tormentosos.
    Con su arco y su flecha, este niño alado
    supo conducir nuestros destinos
    y al amor condenarnos.

    Y hoy estoy aquí…

    Pero vuelves a sonar,
    ¡maldito reloj despertador!
    ¡Cómo dueles, realidad!



    TÓMALO (Angela Lucia)

    Querido amigo te ruego
    que me escuches un momento,
    no es fácil para mí
    pero voy a confesarte mi verdad.
    Eres tú mi amigo entre comillas
    porque siempre te vi como algo más.
    Hoy ya no puedo callarme
    lo que siento te vengo a decir.

    Amigo, te amo
    como sólo se ama una vez nada más.
    Con pasión desenfrenada
    hazme presa de tus brazos,
    encarcélame en tu boca.
    Amigo, te amo
    mi cuerpo y mi alma tan sólo a ti doy,
    de ti estoy enamorada
    y tengo tanto amor guardado
    aquí en mi pecho.
    Amigo, tómalo... ¡Tómalo!

    No me mires así, merecías
    mi total sinceridad.
    Tal vez te cayó mal
    y ahora quieras que termine todo aquí.
    Más no voy a marcharme sin oírte.
    Amor mío, di algo por favor.
    Abandona ya tus miedos,
    si me amas, lo puedes decir…

    Amigo, te amo...

    Amigo mío, tómalo... ¡Tómalo!
    Amigo mío, tómalo… ¡Tómalo!
    Amigo mío, tómalo... Amor.



    CUANDO EL DOLOR DOMINA (Angela Lucia)

    “Puedo escribir los versos más tristes esta noche...”,
    dice Pablo Neruda.
    “... escribir, por ejemplo, la noche está estrellada...”,
    continúa Neruda.
    Hoy yo me siento triste
    tengo oprimida el alma.
    El llanto me ahoga, no lo puedo parar.
    Y busco las estrellas
    como quien busca un hombro
    donde muy sincero apoyarse y llorar.

    Pero las estrellas se han largado
    y la luna las siguió.
    La noche está enlutada sin los astros.
    Se me apaga el corazón.
    Me he quedado en soledad
    quien yo amo se marchó.

    De pronto mi tristeza se ha convertido en bronca,
    la razón se me nubla.
    Intento inútilmente hallar una respuesta
    al final de esta historia.
    Camino por la casa,
    veo el saco de arena,
    le vuelco mi furia como fuego infernal.
    Cuando el dolor domina
    hay que dejarlo libre
    y así las heridas dejarán de sangrar.

    Y aunque ahora vea todo negro
    se que pronto va aclarar.
    Los golpes en la vida son amigos
    que nos muestran la verdad.
    Ahora debo continuar.
    Quien amaba se marchó.




    CANTORA (Angela Lucia / Luis Muñoz)

    Hubo una voz una vez
    Nacida de las entrañas
    De la tierra virginal
    Que despertaba la calma.

    Puro corazón de pueblo
    Que no quiere las migajas
    Se repartió por la tierra
    Noches, días y mañanas.

    Cantora, dicen, cantora,
    Lléname con las palabras
    De poetas y olvidados
    Que llevan sueños del alma.

    Tu poncho bien tucumano,
    Negro azabache tu pelo,
    Desgajaste mil historias
    Que hoy recorren los cielos.

    Siempre tendiste las manos
    Y tu voz acariciando
    Melodías de la vida,
    Conciencias que van cambiando.




    LA ESTRELLA (Silvina Paulela)

    Si en el cielo hubiera visto alguna vez,
    Una estrella tan hermosa como tu alma,
    Y la luz de aquel lucero me guiara,
    Por los caminos que trae el destino,
    Como a tus ojos hubiera seguido.
    Por los caminos que trae el destino,
    Como a tus ojos hubiera seguido.

    La noche
    Trajo el recuerdo
    De tu perfume en el viento, vidaitá...
    Si pudiera desandar el tiempo,
    Te cantaría esta zamba.
    Ay, si pudiera desandar el tiempo, vidaitá...
    Te cantaría esta zamba.

    A la Luna que cantamos una vez,
    Le juré que nunca más te olvidaría,
    Tu sonrisa fue la hermosa melodía,
    Sol en la tarde, luz de mi vida,
    Amor que envuelve toda mi poesía.
    Sol en la tarde, luz de mi vida,
    Amor que envuelve toda mi poesía.

    La noche
    Trajo el recuerdo
    De tu perfume en el viento, vidaitá...
    Si pudiera desandar el tiempo,
    Te cantaría esta zamba
    Ay, si pudiera desandar el tiempo, vidaitá...
    Vos bailarías la zamba.




    TU BESO EN DICIEMBRE (Angela Lucia)

    Camino la noche siguiendo tu huella,
    Buscando al poeta que sembraste en mí;
    Quiero honrar tu nombre mirando una estrella,
    Esa en que un otoño te fuiste a vivir.

    Camino la noche, tan clara y oscura,
    Ávida de un sueño que no pudo ser,
    Desgarrando en ella la sutil locura
    Que provoca el canto del amanecer.

    Y vuelvo a sentir tu abrazo
    Cuando abrazo tu guitarra dormida,
    La que otrora me enseñara a escondidas
    Los acordes que a este canto hoy enlazo.

    Camino la noche porque ella comprende
    Lo que duele el alma desde que no estás,
    Charlas inconclusas, tu beso en Diciembre,
    Y un mate cebado quedó sin tomar.

    Camino la noche, testigo de tu arte,
    Ese que trenzabas con tanta pasión,
    El que tantas veces intenté heredarte,
    Pero apenas pude con esta canción…

    Y vuelvo a sentir tu abrazo…



    ESPERO TU VIENTO (Angela Lucia)


    Hoy quiero escribir una canción
    que no hable de amor, que no hable de ti.
    Quiero escribirle una canción a mi guitarra,
    a mi cama, a mi bolso o a mi espejo,
    pero el esfuerzo es inútil,
    eres tú mi inspiración.

    No es difícil encontrarte porque en todo estás,
    en mis discos, en mi ropa y todo lo demás.
    Mas quiero tenerte
    de carne y hueso.
    Besar tu foto ya no me conforma
    quiero sentir tu cuerpo una vez más.

    Se que un día estás y al otro no.
    Quién sabe si pronto te vuelva a encontrar.
    Quiero que lleves mi canción en tu equipaje,
    será luna en tus noches solitarias,
    Y sabrás que alguien te espera
    por toda la eternidad.

    Eres libre como el viento y así te quiero yo,
    mas un poco de egoísmo oculta este amor.
    Pues creo morirme
    cuando te alejas.
    Como las hojas secas en otoño,
    espero tu viento me invite a volar.



    MUSIQUERO DE OMBUCITO (Roberto "Kolla" Chavero)


    Musiquero de Ombucito, de niño en el terraplén,
    Don nubes eran tus ojos queriendo alcanzar el tren.
    Tus ojos que nunca vieron brillando la cruz del sur
    Ni el volar de las palomas al cruzar el cielo azul.

    Cadencias de un chamamé serpentean por el vagón
    Endulzando las mañanas del pueblo trabajador.
    Tus ojos no tienen luz, pero sí tu corazón.
    Musiquero de Ombucito, Dios te de su bendición.

    Musiquero de Ombucito hoy estás en la ciudad,
    El canto de tu acordeona endulza tu soledad.
    Peregrino en mil andenes, algún día habrás de hallar
    Aquello que el tren llevaba al cruzar por tu solar.

    Cadencias de un chamamé serpentean por el vagón
    Alegrando los trajines del pueblo trabajador.
    Tus ojos no tienen luz, pero sí tu corazón.
    Musiquero de Ombucito, Dios te de su bendición.

    Cadencias de un chamamé serpentean por el vagón
    Musiquero de Ombucito, Dios te de su bendición.



    AMAR EN EL FONDO (Angela Lucia / Míriam Vallès)



    Él era la tierra que la mantenía en pie,  
    El aire que le daba aliento,
    El fuego que incendiaba su piel,
    Y el agua que refrescaba su cuerpo.

    Para ella, él era los cuatro elementos.
    Para él, quizás, sólo un pasatiempo.

    Brisa de risas, soplos de afecto,
    Llevaron su alma hasta otro puerto.
    Voló con él a lugares prohibidos.
    Sintió lo que nunca había sentido.

    Ella le contaba sus emociones, él se las reservaba...
    Tal vez por temor a falsas ilusiones.

    Él quizás la amara en el fondo.
    Ella lo hacía en la superficie.
    De ahí que tantos tropiezos
    En ese amor más ardiente que el sol.
    Él quizás la amara en el fondo.
    Ella lo hacía en la superficie.
    De ahí que tantos tropiezos…

    En cada tropiezo, un "perdóname, lo siento".
    En cada "lo siento", un silencio.
    En cada silencio, un tormento.
    Una palabra, olas de sentimientos.

    Para ella, él era más que el firmamento,
    Para él, quizás, refugio del viento.

    Brisa de risas, soplos de afecto,
    Llevaron su alma hasta otro puerto.
    Voló con él a lugares prohibidos.
    Sintió lo que nunca había sentido.

    Ella le contaba sus emociones, él se las reservaba...
    Tal vez por temor a falsas ilusiones.

    Él quizás la amara en el fondo.
    Ella lo hacía en la superficie.
    De ahí que tantos tropiezos
    En ese amor más ardiente que el sol.
    Él quizás la amara en el fondo.
    Ella lo hacía en la superficie.
    De ahí que tantos tropiezos…

    Un día en que ella tropezó,
    Dejó que el mar la arrastrara,
    Y en el fondo lo encontró,
    Allí de pie él la esperaba.

    Ella se lanzó a sus brazos,
    Él se aferró a su cintura,
    Se comieron con los ojos,
    Se besaron con locura.

    Desde entonces se amaron los dos en el fondo,
    Porque no podían permitirse más tropiezos en la superficie.

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